Ayer, en su discurso triunfal, el candidato de la extrema derecha José Antonio Kast hizo una analogía que nos vuelve a posicionar en las trincheras anquilosadas de 1970.
\»Democracia o comunismo\», exclamó ante una masa enardecida, refiriéndose a sí mismo como demócrata y a la opción de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, como representante del marxismo.
Kast tiene razón en algo: el próximo 19 de diciembre, cuando los ciudadanos acudan a las urnas, la democracia estará en juego. Pero quien la pone en jaque no es otro más que él.
El extremista es un peligro para la democracia y la institucionalidad chilena. La que sería una postulación testimonial, como fue en 2017, logró capitalizar en la votación del \»Rechazo\» y en los descolgados de Sebastián Sichel, a quien muchos en la derecha calificaban como insuficientemente derechista, por su pasado en la Democracia Cristiana.
Kast representa la opción más nefasta que nuestro país ha tenido en décadas, sólo superado en repugnancia por su ídolo, el general Augusto Pinochet. Su programa es un insulto a la inteligencia de cualquier chileno bien nacido.
Está en contra de la nueva Constitución y ha sugerido el cierre de la Convención Constitucional que presentará el próximo año al país una nueva Carta Fundamental que reemplace la redactada en dictadura.
Está en contra de la gratuidad en la educación superior y ha amenazado con eliminar dicho beneficio que ha permitido a muchas familias de clase media y baja acceder a un mejor porvenir.
Propone la clausura del Instituto Nacional de Derechos Humanos, cuando su rol ha sido más necesario que nunca ante las vulneraciones cometidas por agentes del Estado en los últimos dos años. Es contrario a la Organización de las Naciones Unidas, a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, a pactos como el de Bogotá y otros de carácter diplomático.
Quiere \»notificar el fin de sus operaciones\» a la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, porque la considera \»ideologizante\».
Está en contra de la ley que creó el Ministerio de las Culturas porque \»sigue directrices de la ONU\» (????????). Propone la supresión del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género. Está en contra de lo que denomina \»ideología de género\» y se manifiesta contrario al feminismo, que no significa otra cosa que la búsqueda de la igualdad de condiciones entre géneros.
Considera que los planes de salud, herencias y otros incentivos solo deben ser entregados a personas casadas, o sea, no unidas civilmente. Por cierto, es contrario al matrimonio igualitario.
En cuanto al trabajo, propone \»progresar en dirección a pagar con base a tarea hecha y no tiempo trabajo\» (p. 72), desea expulsar de sus labores a buena parte de los funcionarios públicos y cree que \»el Estado debería promover el trabajo de los adultos mayores\» (p. 70 y 71).
Quiere aumentar las pensiones a los efectivos de las Fuerzas Armadas. ¿Al ciudadano común? Ni hablar. Sugiere aumentar la edad de jubilación a los 85 años de edad, ya que dicha es la esperanza de vida. \»La mejor forma para mejorar las pensiones es postergar la edad de jubilación\» dice textualmente en la página 71 de su programa. Indica además como necesidad \»subir la edad de jubilación de las mujeres\» (p. 97).
Otra ridícula iniciativa considera que la flora y fauna \»paguen su derecho a existir\» (??????????????????????) (p. 149). No cree en el cambio climático: \»…en el caso de que se valide fehacientemente la postura climática dominante, que hasta ahora no se aprecia\» (p. 199).
Quiere indultar a criminales de lesa humanidad, recluidos en Punta Peuco. Ah, pero está en contra de \»indultar\» a personas que, sin pruebas, han estado privadas de libertad desde octubre de 2019.
Su programa propone la creación de un \»frente anti-izquierdistas radicales\». ¿Significa una nueva era represiva en la historia de nuestro país?
¿Cualidades personales de Kast? Valora positivamente a la dictadura militar de Pinochet y ha asegurado que, si este hubiera estado vivo, \»votaría por mí\» (La Tercera, 9 nov. 2017). Considera que los criminales encerrados en Punta Peuco están injustamente encarcelados y, particularmente sobre Miguel Krassnoff, quien tiene condenas que suman más de 840 años de cárcel por sus deleznables acciones, dijo que \»viéndolo no creo todas las cosas que se dicen de él\».
Trabajan con él personas como Julio Castañer, condenado por el caso Quemados, y Cristián Labbé, condenado por torturas en Tejas Verdes y Panguipulli. Además, se ha reunido en varias ocasiones con el agitador Sebastián Izquierdo, uno de los violentistas más prolíficos de las marchas del \»Rechazo\».
Apoya a Jair Bolsonaro, el extremista que gobierna a Brasil y que ha sido el causante de la reciente deforestación de la Amazonía y responsable del mal manejo de la pandemia de covid-19 en ese país, que ha causado la muerte de más de 600 mil personas.
Hace unos años recibió pagos irregulares del grupo Penta, para financiar sus actividades políticas. Así lo declaró Hugo Bravo a la Fiscalía, señalando que Kast acudió personalmente a solicitar apoyo económico, materializado en 10 millones de pesos en boletas de honorarios. En esta campaña ha recibido aportes de uno de los exejecutivos de Penta, condenados por el financiamiento irregular de la política.
Es tan patriota que, paradójicamente, mantiene sociedades en Panamá para evadir pagar impuestos en nuestro país. Las revelaciones de los Panamá Papers fueron evidentes.
Su programa, económicamente, es insostenible. No tiene cómo financiarse. No tiene cómo garantizar que aumentará el Producto Interno Bruto si al mismo tiempo reducirá los impuestos, lo que no significa que se incrementarán las inversiones.
Hay que decirlo con todas sus letras: Kast es un fascista. El fascismo es una forma de ultranacionalismo autoritario de extrema derecha que se caracteriza por el uso del poder de forma dictatorial, la supresión forzosa de la oposición. El fascismo es opuesto al anarquismo, la democracia, el liberalismo y el marxismo. Eso lo ubica en la extrema derecha.
Un fascista no puede llegar a gobernar Chile. ¿\»Democracia o comunismo\»? No. Kast es fascismo. Este 19 de noviembre se votará por democracia o fascismo.