En Pichilemu tenemos por alcalde y concejales a un grupo de personas incapaces, ineptos e inútiles para hacer eco de los clamores ciudadanos. El paso de la comuna a la fase 2 \»Transición\», que implica cuarentena los fines de semana y festivos, es un rotundo fracaso para una administración que busca permanecer en el poder hasta 2024.
Si bien la municipalidad no está facultada para decretar cuarentena o tomar medidas restrictivas para la población, el alcalde y los concejales tienen el deber moral y ético de defender los verdaderos intereses de la población.
La ley de municipalidades lo faculta a realizar acciones orientadas a la salud pública y la protección del medio ambiente. Si lo quisieran y lo hubieran querido, habrían hecho más, lo suficiente como para que Pichilemu no estuviera escribiendo una negra página de su historia, cuando se contabilizan más de doscientos casos totales con covid-19 y al menos doce fallecidos. Doce personas que caminaron por las mismas veredas que ustedes, que disfrutaron de los hermosos paisajes marinos, y que nunca más podrán hacerlo gracias a la ineptitud suya y obviamente la del nefasto gobierno central.
El alcalde y los concejales han permanecido en un total mutismo desde el inicio de la pandemia. ¿Recuerdan cuando los pichileminos bloquearon el acceso a la ciudad en marzo? Fue una acción de la gente. ¿Recuerdan cuando se levantó el control hace unas semanas, a pesar de que la gran mayoría del pueblo pichilemino, preocupado de la situación sanitaria, exigía un mayor control en el ingreso de la comuna? El alcalde y los concejales permanecieron mudos ante la desnudez y desprotección en que se dejaba a Pichilemu.
La gota que rebalsó el vaso fue el dichoso permiso de vacaciones. Cundió el covid-19 en la comuna. El hospital está sobrepasado. No hay camas para enfermos. Hay un exceso de exámenes aún sin conocer sus resultados. Los casos aumentan día a día.
¿Y dónde cremalleras está el alcalde y los concejales?
El primero, preocupado de su reelección a pesar de estar impedido legal y moralmente. Un corrupto que ha reconocido falsificar documentos públicos para beneficiar empresas, que se dice socialista, pero que no es capaz de defender a su pueblo. A los ediles no se les ve ni en pelea de perros, escuchándose en cada sesión del concejo repetidos \»Ave María, cuándo serás mía, si me quisieras todo te daría\».
Señor Roberto Córdova, usted y sus concejales, su administración municipal, son un fracaso. Ha sido incapaz de gestionar, luchar por un mejor control sanitario, proteger verdaderamente a la población de Pichilemu.
Ahora, muy suelto de cuerpo, dice que el paso de la comuna a cuarentena parcial es una \»improvisación del Minsal en su máxima expresión\». ¿Hasta cuándo se va a lavar las manos, inepto del carajo? ¿Hasta cuándo vamos a tener que soportar su politiquería y falta absoluta de gestión?
¿Hasta cuándo debemos aguantar una administración corrupta, inepta, inútil, fracasada, aberrante, sectaria y por sobre todo incapaz?
Señor Roberto Córdova, usted era el indicado para pedir ante las autoridades superiores las acciones que considerara pertinentes, para gritar, exigir, patalear, defender con garras y dientes a la población de Pichilemu. Pero se ha quedado callado todos estos meses. ¿Cree que con la ordenanza de uso obligatorio de mascarillas bastó? ¿Gastar ocho milloncitos en un proyecto de testeo, trazabilidad y aislamiento? ¿Entregar unas cajitas con alcohol gel a los locales comerciales? ¿Con eso basta?
Su gestión da asco. Deje de lavarse las manos, sáquese el maquillaje de payaso, deje la politiquería a un lado, póngase los pantalones y haga lo siguiente: váyase y no vuelva. Si ya no hizo nada útil, para qué lo queremos calentando asientos. Pichilemu no merece una administración tan insolentemente asquerosa y disfuncional. No le vaya a pesar…